Las freidoras de aire, también conocidas como freidoras sin aceite, se han convertido en un pequeño electrodoméstico muy popular en las cocinas de muchos usuarios que buscan cocinar de forma más saludable y económica. Aunque no fríen realmente los alimentos, ya que son un horno en miniatura, utilizan una resistencia principal y un ventilador para distribuir el calor y cocinar los alimentos por convección en sus propios jugos y grasa, sin necesidad de aceite o con muy poco.

Ventajas de las freidoras sin aceite

Entre las principales ventajas de las freidoras de aire se encuentra la promesa de una cocina más saludable al prescindir de grasas como el aceite. La OCU ha realizado un estudio que confirma este punto, comparando el porcentaje final de grasa al hacer frituras de patatas, calabacines y pollo con una freidora de aire y con una freidora clásica de aceite.

Los resultados muestran que el porcentaje de grasa es significativamente menor al utilizar una freidora de aire, convirtiéndose en una opción ideal para ciertos tipos de alimentos como las patatas, verduras y prefritos congelados.

Otro punto a favor es que las freidoras de aire tienen un consumo energético más reducido en comparación con un horno convencional o una placa vitrocerámica.

En el estudio de la OCU se calcula que usar la freidora de aire dos horas semanales supone un gasto de 1,8 euros al mes, mientras que el horno tradicional, la freidora de aceite y la placa de inducción tienen un gasto mayor. Además, la limpieza de las freidoras de aire suele ser más sencilla.

No todo son ventajas en las freidoras de aire

Sin embargo, las freidoras de aire también presentan algunos inconvenientes. El resultado de los productos cocinados no es el mismo que si se cocinan de forma tradicional, ya que no se crea la costra crujiente que protege el interior del alimento y aporta ciertos sabores y aromas característicos.

Además, la textura y sabores de los alimentos fritos pueden ser diferentes, lo que se nota especialmente en recetas más complejas como las carnes y los rebozados. El cocinado también suele ser más lento y el volumen de los recipientes es menor, por lo que puede ser necesario hacer varias tandas para cocinar para una familia numerosa, lo que consume más tiempo y energía.

Además, otro inconveniente de las freidoras de aire es que no son aptas para todas las recetas. Algunos alimentos no se cocinan bien en este tipo de aparatos, como los platos que necesitan una temperatura alta y constante para dorarse, como las pizzas o los gratinados.

También hay que tener en cuenta que no todas las freidoras de aire son iguales, y algunas pueden tener características que las hacen más adecuadas para ciertos usos. Por ejemplo, algunas tienen una función de rotación para cocinar los alimentos de manera más uniforme, o una rejilla para cocinar alimentos delicados como el pescado sin que se deshagan.

Por último, hay que mencionar que el precio de las freidoras de aire puede ser más elevado que el de una freidora convencional, aunque a largo plazo el ahorro en aceite y energía puede compensar esta inversión inicial.